Discurso de Benito Vaquero para Benito

Almuerzo despedida/18 de diciembre de 2014

 

Tengo que confesarlo, soy el primer sorprendido al verme aquí delante de este papel y tomando la palabra. De hecho, y desde hace un tiempo, me ha costado mucho reconocer que quien cumplía 60 años de edad el pasado día 12 de diciembre y yo, éramos la misma persona. Y además, que esta importante efeméride coincidía con el momento en el que podría solicitar mi jubilación anticipada.

 

Nooooo,  eso le pasó a Matías, y también a Miguel e incluso le pasará a José Antonio Pérez Guillén, pero …. ¿a Pepa, a Antonio Gómez, a Ana Cortés, a Magdalena Campos o a mí?, no, no, no, no, ¡esto, no puede estar ocurriendo!

 

¡Pero si aún no he colgado en la pared aquellas fotos que nos hicimos en París y Avignon con Juana!, cuando lo del golpe de estado, ni aquellas otras con Carmen Barroso, su hermana, Jóse Antonio y Miguel en aquellos lugares de Túnez en los que se rodaron tantas películas inolvidables y en donde Pérez  Guillén se lastimó el pie o, las que le hice a Victoria Mena al regresar desde Venecia al Lido  con aquella pareja de alumnos que se juraron amor eterno y a los que se le veía ¡tan felices! ¿Y la de Matías leyendo el «País» en Roma mientras tranquila y plácidamente cruzaba la calle? Miguel y yo lo mirábamos con cara de no llegamos a «misa de doce» en el Vaticano», o la de Manolo Blanco dirigiendo el tráfico de alumnos en la Plaza de la Signoria esquina Santa Maria di Fiori de paso para la Academia en Florencia o Miguel coleccionando cucarachas y judías en Paris y defendiendo siempre a sus alumnos.

 

Además, estoy a punto de sacarme el B1 de inglés. ¡Con todo lo que me han ayudado Charo y Lourdes!, pero, ¿a qué alumnado bilingüe y dónde le voy a dar yo clase si me jubilo?

 

¡Madre mía!

 

Y lo peor de todo es que justo en este momento estaba pensando en sentar la cabeza e incluso formar  una familia…, o algo así. No sé, parece que se me hizo algo tarde, pero, pensándolo bien, ¡son sólo 60 años! y quizás no esté tan mal lo de jubilarse a esta edad. Puedo hacer todavía mucho de todo aquello que quedó pendiente y, ¡hay tantas cosas todavía por hacer!

 

Compañeros, compañeras, amigos y amigas

 

He tenido la gran fortuna de trabajar en aquello a lo que jugaba cuando era pequeño. Los de la enseñanza han sido unos años llenos de pasión e intensidad que he compartido con mis alumnos y alumnas, personal no docente y sobre todo, con mis compañeros y compañeras de profesión. Con algunos de ellos he acabado teniendo una profunda amistad. De todos he aprendido y a todos agradezco la actitud abierta y colaboradora que han tenido hacia mí y, que no siempre supe ver y por tanto, quizás comprender y valorar en lo que se merecían.

 

Es por ello, que tengo que decir que…

 

Nada hubiera sido igual sin … mis alumnas y alumnos. Aunque ahora escucho con satisfacción a los de Diversificación cuando no tan equivocadamente me llaman  Papá, no sé si me gustaría que me llamasen abuelo. Por ello, creo que es un buen momento para decir no adiós, sino hasta pronto. Nos vemos ahí fuera. En ese mundo en el que les dije que tenían su sitio. Sitio por el que hay que pelear. Siempre me sentí querido y respetado y en la medida de lo posible intenté corresponderles.

 

Nada hubiera sido igual sin … Matías, la persona con quien he compartido humos, inquietudes, alegrías y un hijo en forma de libro al que bautizamos,  «Programar actividades complementarias y extraescolares en institutos de enseñanza secundaria». Ese libro contiene la esencia de nuestra manera de entender la enseñanza  y las actividades.

 

Nada hubiera sido igual sin … Miguel, el amigo leal, el Cicerone perfecto,  al que siempre puedes llamar y con quien siempre vas a contar. A ti te oí decir que lo grave de caerse es … no tener quien te levante; Y aquello de que no sienta mal la bebida si has sabido elegir la compañía. ¿Para cuándo un libro con tus aforismos y sentencias?

 

Nada hubiera sido igual sin … José Antonio Pérez Guillén. Desde un principio, ambos sabíamos que estábamos condenados a entendernos. No tardamos en poner el mismo nombre a todas aquellas experiencias que aunque vividas de manera independiente nos unirían para siempre.

 

Nada hubiera sido igual sin … Victoria, la amiga incondicional, la que derrochaba generosidad todos los días, la que sabía ofrecer su casa como nadie. Esa casa con ese póster de SoulCrack en el rincón de su cocina en la que tantos asuntos se cocieron. Ya tampoco están Joaquín Chozas, Antonio Adorna, Eduardo Elizarán, Tomás Jover, Antonio Luque y Mª Sierra Perales, compañeros estos últimos de departamento, a los que recuerdo de una manera tan grata.

 

Nada hubiera sido igual sin … Rafael del Castillo, Lourdes Ventura, José Aguilera y Gregorio (Yoyo). Trajeron la modernidad y el compromiso a «La Laboral» que ya comenzaba a recibir el olor fresco de su MAIZCA y el tímido ruido de los armarios que comenzaban a abrirse. Ellos fueron entonces el Podemos del ahora Ganemos. Algo mas tarde llegó Fran, firme esperanza de que vivir sin máscaras era algo difícil pero no imposible. Juntos nos asomamos a todos los abismos. Borja por aquel entonces solo era un alumno y mi amiga Salu iba escaleras arriba y escaleras abajo, a toda prisa y como huyendo de algo o de alguien.

 

Nada hubiera sido igual sin … Antonio Gómez. Cuando llegaste al instituto, yo ya estaba esperándote. Ahora me jubilo, pero de alguna manera permanezco aquí, al  igual que tu también te marchas al hacerlo yo. En ese galiMatías hemos convivido los tres durante todos estos años de descubrimientos, experimentación, creatividad y aprendizaje.

 

Nada hubiera sido igual sin … Pepa. Difícil resumir en unas palabras todo lo que hemos compartido. Sí quiero agradecerte la generosidad que tuviste conmigo al acompañarme en ese difícil viaje, a orillas del Bembezar, hasta los turbulentos y lejanos tiempos de mi infancia. Aunque mi redención pudiera suponer que te quedaras atrapada entre los desvencijados muros de aquella habitación llena de cascotes junto a la Sierra de Hornachuelos.

 

Nada hubiera sido igual sin … José Antonio Ortiz, el más fiel seguidor de SoulCrack; el que organizó aquella inolvidable muestra PopRockera; el que hizo que nos emocionáramos con su Cyrano, Novecento o Mujeres. Gracias por haber contado siempre conmigo.

 

Nada hubiera sido igual sin … Juana Camacho. Ella me aportó la dosis de necesaria racionalidad cuando la necesitaba y nunca puso condición alguna a sus afectos.

 

Nada hubiera sido igual sin … Manolo Blanco. Dio ritmo a mi vida tocando la batería en las bandas de música de las que formamos parte. Juntos hemos hecho unos cuantos escenarios, cada uno ocupando su lugar. Nada hubo que decir porque todo estaba dicho entre nosotros.

 

Nada hubiera sido igual sin … José María Vílchez. Comenzó como Alfonso León siendo mi alumno, luego fue compañero y ahora un buen amigo.

 

Nada hubiera sido igual sin… José Javier Conde.  Aunque llegó no hace mucho al IES Gran Capitán,  tuve la sensación de «déjà vu» al encontrarnos. Un hola de nuevo, dicho a quien me parecía conocer desde tiempo atrás. Gracias José por la actitud cariñosa y respetuosa que siempre has tenido conmigo.

 

Nada hubiera sido igual sin … José Ángel Soler. A pesar de que no son pocos los años que lleva en el Centro, a mi cada curso me da la impresión de que acaba de llegar por la energía y lozanía que despliega. Es el Bowie de la enseñanza, camaleónico y siempre con ese toque genial.

 

Nada hubiera sido igual sin… Carmen Jurado. A ella le debo mi, de alguna manera,  vuelta a los escenarios. Poesía, canciones y música han surgido gracias a las celebraciones que hemos llevado a cabo con motivo de las más variadas efemérides que han salido de su ocurrencia y que han servido para mantener viva mi fantasía artística.

 

Nada hubiera sido igual sin … Carmen Barroso a quien considero como de la familia; Federico Abad tan aparentemente lejano y callado pero tan próximo; Juan Carlos Peláez que me ayudó muy oportunamente hace ya cinco años en unos momentos personales difíciles; Antonio Suárez «el de madera» tan atento y servicial al igual que José Luis «el orientador» y Pepe, «el de la Biblioteca», Antonio y Mayte Serrano entrañables siempre conmigo; Jose Manuel Ramírez «el «paisano» por su continua lección de vida; Conchi Lara, mi enemiga íntima. Poe hizo posible una revisión en tono positivo de nuestra relación. Aurea, Mercedes Murcia y la Rodríguez, Magdalena Campos, Ana Cortés, María Sanjuán, Gracia Serrano y Conchi Pérez Parra toda una lección de discreción y saber estar. Chon, los “Antonios”, María Dolores Carcelén e Inés siempre tan generosos conmigo. ¿Y Rosalía? con una sonrisa siempre dispuesta para regalar; Paqui Rodríguez tan amigable y razonable o Lola y Susana que nunca me negaron su francés. Un recuerdo especial para dos “Anas”, la Hernández, mi compañera de fatigas y diversificación y la Bowe la única mujer que ha conseguido hacerme bailar sevillanas.

 

Nada hubiera sido igual sin …. los y las conserjes y las mujeres de la limpieza. Mi agradecimiento a Charo que fue también mi alumna y en su nombre a todas las demás; a Antonio, el de mantenimiento; a Luis, Manolo, Martín, Manoli, y Paqui con la que me he reído tanto en las últimas semanas.

 

Ah, no se me olvidaba …. Nada hubiera sido igual sin … Hostelería. Impregnó de color, sabor y alegría el currículo de la Formación Humanística durante años, así como los acontecimientos más importantes que se celebraron en el Instituto. Yo me marcho pero la Hostelería seguirá ahí como una de las señas de identidad de este centro. ¡Larga vida a la Hostelería! Y a la genialidad y excentricidad de sus artistas  y, … ¡qué decir de la familia de Informática! Muy agradecido a Amelia que me ayudó con mis primeras páginas web; a Lourdes, a Rafael del Castillo que confió plenamente en mí durante aquellos intensos años de implantación de las nuevas tecnologías y a José Ramón Albendín por su paciencia. No mucho mas tarde y con J de … justo ya cuando las Tic,s languidecían llegó Joaquín Mesa con aires renovados y cargado de conocimientos e ideas que abrieron nuevos caminos en el desarrollo de las nuevas tecnologías. Un maestro.

 

Gracias a mis compañeros y compañeras de Departamento Paco Pérez, Pepa Marín, Juan Rivera, Charo Roldán, Inmaculada Varo y de forma muy especial a Maribel.

 

Mucho ánimo a Juan Rivera, a quién hay que saber leer, a su Equipo Directivo y al claustro. Aunque corren tiempos difíciles, no escatiméis esfuerzos para que el instituto continúe siendo ese lugar en donde se puede trabajar con libertad y educar en responsabilidad.

 

Estoy muy orgulloso de haber formado parte de este Claustro durante 24 años. He sido muy feliz. Gracias a todos y a todas por haber contribuido a ello.

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